Alejandro no es de Santiago pero le encanta su trabajo, conocer los distintos lugares de la región y trabajar con la gente. Es arquitecto y hoy trabaja en la Divac encargado del Departamento de Transferencia de Capitales, pero su camino en el Gore comenzó desde hace varios años, casi en sus inicios. Se considera uno más de este gran equipo llamado Gobierno Regional, al que considera una gran familia.
-¿Eres de Santiago?
Soy de la zona central, de Rengo. Me fui a estudiar a Valparaíso la carrera de arquitectura y me titulé el año 96’. Trabajé en el sur de Chile, en la Patagonia, como 4 años y volví a la Quinta Región donde estuve trabajando en la Municipalidad de Valparaíso y luego me vine para Santiago. Desde entonces he estado trabajando en el Gore.
Ahora vivo en Santiago, tengo mi mujer y dos pequeñas hijas, una de cinco y otra de dos años, son chiquitas y bueno…son mi fuerza para seguir trabajando y luchando. Espero sentirme orgulloso algún día de verlas crecer en este país.
-¿Cómo definirías al Gore en una palabra?
Una familia, una gran familia. Creo que el GORE cada día se está posicionando mejor como institución en la región, nos estamos creyendo el cuento de la identidad que le corresponde y creo que cada vez que salimos a terreno llevamos un poco de esa familia para que la conozcan y de alguna forma yo me siento un representante en terreno de todos los compañeros que se quedan en la oficina trabajando en otras labores. Siento que soy una parte más de ese gran equipo.
-¿Cómo llegaste al Gobierno Regional Metropolitano?
Soy arquitecto de oficio, llegué por concurso público a este GORE el año 2007, precisamente a supervisar proyectos del FNDR. Pasé por varias oficinas, hice harto terreno, también fui analista de diversos proyectos de la DIVAC y desde entonces que he estado trabajando entre analista, jefe subrogante y en la última función que estoy es ser jefe del Departamento de Transferencia de Capital.
-Llegaste hace varios años al GORE, cuando estaba ubicado en otro lugar…
El primer edificio en el que nos tocó trabajar era en teatinos, donde se vivió el terremoto en 2010 y lamentablemente tuvimos que abandonar ese edificio por cómo quedó. Pasamos por un institución que era arrendado por el GORE a modo de transición para llegar al que hoy nos cobija. Me tocó recibir ese edificio nuevo que era una remodelación y que había sido utilizado por la cancillería. Anteriormente este edificio fueron unos departamentos de trabajadores del Banco Estado, así que es un edificio bastante antiguo, del año 30’.
-¿Cuál es la función de tu equipo de trabajo?
El trabajo de nuestro departamento es coordinar con los municipios y llevar adelante los convenios de transferencia y velar para que esos proyectos se ejecuten y se materialicen en obras.
-¿Cómo te sientes cuando te toca salir a terreno?
Más allá de que gran parte del trabajo se hace en la oficina, en cuanto a control, administrativo, financiero, siempre está la expectativa de salir a terreno para ver que eso que uno está trabajando se esté ejecutando. Uno sale con expectativas para ver si está bien el avance o si hay atrasos, uno se va a formando varias preguntas antes de salir pero nos respondemos inmediatamente cuando uno entra a las obras, se ven los avances efectivos, se ve el movimiento de la gente que está trabajando.