Más conocido por todos como “Don Henry, el mayordomo de la Intendencia” cuenta cómo han sido estos años de vida dedicados al servicio de otros, entremezclando el gusto por la gastronomía y los buenos modales.”Noticias”
-Además de ser mayordomo de la Intendencia ¿Qué hay detrás de sus gustos y personalidad?
-Bueno, voy a cumplir los 65 años de edad y tengo dos fechas de cumpleaños; uno que es el 01 de diciembre, según el Registro Civil y otro que es el 01 de noviembre de acuerdo al día en que mi madre me dio a luz.
Soy escorpión, me gusta la gastronomía, en el verano comer humitas, pastel de choclo. Mi plato favorito es todo lo que lleve verduras, ojalá un plato grosero de verduras surtidas mezclado siempre con arroz, pastas, pollo, atún al agua o un buen trozo de salmón. No soy deportista, ni fanático del fútbol, pero cuando juega Chile doy mi veredicto; a veces le achunto, otras veces no. Intento ser lo más transparente posible, pero tengo mi genio y un carácter de los mil demonios cuando ando enojado.
-¿Según su opinión cuál es el mayor defecto y virtud en una persona?
-Como virtud pienso que la honestidad, la transparencia, eso es lo que más admiro, aunque uno nunca termina de conocer a las personas, somos mañosos, siempre cambiantes, eso va mucho de los valores y enseñanzas que se inculcan. Yo trato de ser lo más transparente posible y no andar metiéndome en problemas, así que evito las discusiones.
-¿Cómo comenzó su etapa como mayordomo en la Intendencia?
-Estoy desde el año 92 en la Intendencia, llegué a trabajar al casino a fines del 91, en diciembre. Comencé con grado de auxiliar, sin embargo estuve solo un par de meses, ya que basto con una comida que hice para el Intendente y desde ese entonces no he podido bajar de mi cargo actual. Recuerdo que en aquella ocasión, la comida fue para 15 personas con aperitivos, estaban los gobernadores y quedaron encantados conmigo, con el almuerzo. Al otro día la Jefa de Personal me dice “quiero felicitarlo, me hablaron maravillas de su pisco sour, lo tengo que probar, ahora usted queda como mayordomo del Intendente”. En general, me gusta lo que hago y que se lleven una buena imagen del señor Intendente y del servicio que entrega su gente. Si me he mantenido acá es por lo disciplinado y discreto.
-¿Cómo ha sido su trayectoria laboral?
-Antes trabajé en el casino del Hospital Paula Jaraquemada, era maestro de cocina, ahí estuve 6 años, ingresé como en el año 82. Años atrás y con 21 años de edad, trabajé como copero, en un café al paso llamado “Andy “también por seis años. A los 17 años de edad me vine de la novena región para vivir en Santiago, donde trabajé en una casa particular, muy adinerada, que estaba por Escuela Militar, ahí me dedicaba a las funciones de mayordomo y servir a la mesa.
-¿Cómo fue el momento de tomar la decisión de cambiar de región?
-En esa época Santiago era un buen lugar para encontrar trabajo, la gran parte de los provincianos partíamos para allá. Llegué a la casa de mi hermano, estuve un mes en Santiago y me ofrecieron el trabajo de mayordomo. Yo me dije” echémosle para adelante” y estuve seis años con la familia de Escuela Militar, donde me cuidaban mucho, porque además era muy ingenuo.
-Al llegar a Santiago, también dejo atrás a su familia e infancia ¿Qué puede contar al respecto?
-Somos once hermanos, hoy quedan vivos seis. Tengo a mi madre viva, con sus 98 años de edad. Soy de Pillanlelbún y nací en la ciudad de Lautaro, en cambio todos mis otros hermanos en el campo, fui el único que nació en la ciudad. Mi infancia fue alrededor de aves y perros, en el campo a temprana edad aprendí a poner el yugo a los bueyes, sacar leche a las vacas. Mi infancia fue muy sana, jugábamos con juguetes de palo y pelotas de paño.
-¿Y qué puede decir ahora de su vida en Santiago?
-Estoy casado desde el año 68, aunque mi señora está un poco delicada de salud, hace poco sufrió cáncer mamario, lo que despertó otros “achaques”. Tengo un hijo de 35 años, él es traductor en idiomas en inglés, japonés y español de la Universidad de Chile. Tengo un nieto de cinco años, Dante, es todo para mí y para mi mujer también.
Hace 20 años que resido en la comuna de Maipú, estoy terminando de pagar mi casa, ya ahora en diciembre termino de pagar el último dividendo que ha sido con mucho esfuerzo. Quería que mi hijo se criara en un buen lugar y lo logré.
-¿Cómo es el trabajo de mayordomo?
-Aquí primero hay que preocuparse por el orden de la oficina , aseo, como también por la preocupación en el cambio de toalla cuando el jefe llega de todos los días en bicicleta, que su sala este” impeque”, ordenada, como también preocupado al servir los líquidos fríos y calientes.
-¿Cómo han sido todos estos años de desempeño?
-De cada Intendente guardo un recuerdo, independiente de la tendencia política que tengan, incluso uno de ellos me celebró mi cumpleaños, con mantel en blanco y largo, eso a uno lo llena de satisfacción, es un recuerdo bonito, sin desmerecer a los anteriores, de cada uno guardo un recuerdo.
-¿Cómo se ve a futuro?
-Me veo trabajando, aunque a finales de este año sabré sobre si debo acogerme a retiro, aunque con la pensión que tendría no me sirve irme rápido todavía, creo que todavía puedo aportar un par de años más como mínimo.
-Para las nuevas personas que se puedan incorporar a Intendencia ¿Cuál sería su mensaje o -recomendación?
Mi consejo es la transparencia, ser una persona correcta e intachable en lo posible, en lo que se escuche, mutis, hacer bien el trabajo. En mi caso o área, ser respetuoso, transparente, lo que vean y escuchen, murió ahí, por eso yo creo que me he mantenido todo este tiempo . Los años que llevo, es por eso, porque no he cambiado y sé el lugar que me corresponde y cuándo responder las preguntas. Cuando me deba ir, me va a dar un poco de nostalgia. Al día de hoy hay mucha gente que me para en la calle a saludar con cariño por “Don Henry” diciendo en broma “usted es parte del inventario”.