Con más de 40 años desempeñándose como funcionario público, oriundo de la comuna de Cerro Navia, padre de tres hijos y abuelos de cuatro nietos. Pedro Legua a sus 57 años de edad y desde su oficina, lugar donde atiende a cientos de personas día a día, nos narra su trayectoria laboral, como también un poco de sus gustos y vida personal.
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Además del rol que ha cumplido como servidor público ¿Cuáles son sus aficiones y gustos?
En los hobbies soy un hincha de la U de Chile, me gusta comer porotos con rienda, la cazuela. Admiro la sinceridad y odio la hipocresía de las personas. Además me gusta el rock de los años 70, escuchar bandas como Led Zeppelin, Deep Purple, Kiss y bailar la música de los 80. Soy un abuelo “chocho” de cuatro nietos; dos niños de sietes años y dos niñas de 3 años.
¿Cómo fueron sus inicios en el servicio público?
En el año 85 ingresé a una empresa de aseo en las dependencias de Corfo, donde luego me derivaron a las labores de estafeta. Conocí todo Santiago y pasé a ser Jefe de estafetas en el año 93.
En el año 95 se forman los Gobiernos Regionales y yo empecé a trabajar en las dependencias de Intendencia como estafeta en Gabinete. Estuve cinco años, sin embargo siempre tuve las ganas y traté de llegar al Gobierno Regional.
Durante el año 2000 me trasladé al área de Extranjería de la Intendencia. Estuve cinco años. El primer año fue un periodo difícil en lo laboral y emocional, ya que fue cuando me separé de mi antigua pareja, sin embargo, después me fui adaptando con buenas jefaturas. En todo este tiempo he aprendido algo de mis jefes, la mayoría han sido muy buenos.
Finalmente luché por venir al Gobierno Regional, conversé con el Departamento de Extranjería y llegué al Gore el año 2005.
¿Cómo fue su experiencia al ingresar al Gobierno Regional?
Llegué como estafeta y labores administrativas, tuve buenos maestros, aunque ya tenía experiencia en el trabajo. De ahí empecé a entender de qué trataba el Gobierno Regional y qué hacían.
Actualmente ya no salgo a la calle como estafeta, ahora estoy como administrativo y llevo 10 años trabajando en la Oficina de Partes.
¿En qué consiste su trabajo?
Acá todo es documentación, interactuar con cosas que llegan desde los ministerios y municipios. En la Oficina de Partes entregamos siempre una sonrisa porque entendemos que somos la cara visible del Gobierno Regional.
Si tratas bien a las personas, van a salir contentas. Siempre atendiendo amablemente, tratamos que la persona que venga se sienta a gusto y darles el mejor servicio.
Hemos tenido comentarios muy buenos en ese sentido, ya sea por la rapidez y comentando que “ojalá fueran toso los servicios públicos iguales”. Entonces, siempre interactúas, te saludan, pasa mucha gente y a veces pasan solamente para saludar. Eso es grato para uno mismo, que exclusivamente pasen solo a saludar. Uno trata de devolver lo mismo.
Durante estos 10 años ¿Cuáles han sido los mayores desafíos e hitos?
Las fechas que más me marcaron fue cuando ingrese a la planta de empleados públicos el 01 de mayo de 1986 y cuando se conformó el Gobierno Regional el 01 de noviembre en 1995 para luego llegar físicamente acá.
¿Cuál es su visión sobre el Gobierno Regional Metropolitano?
El Gobierno Regional en algún momento va a llegar a ser muy grande y voy a quedar como uno de los partícipes de la institución que pusimos la primera piedra. El Gore ya está creciendo bastante institucionalmente y en funcionarios.
En estos 10 años trabajando acá me he sentido súper bien. He tratado con hartas personas, y solo puedo agradecer a la jefatura. Me he sentido bien, tranquilo y sentimentalmente también.
¿Qué mensaje dejaría a los actuales funcionarios y a los próximos que se puedan incorporar?
Que quieran al Gobierno Regional porque es una buena institución, con buenos trabajadores, conozco a la mayoría y todos luchan por el Gore.
Hay un dicho que me gusta mucho y que he predicado “nunca digas nunca” a veces las circunstancias de la vida no se dan, pero hay que dar lo mejor. En este puesto he reflexionado mucho y he traspasado eso a otros, creo que he sido un buen maestro. Finalmente recomiendo que irradien felicidad, que intenten entregar una sonrisa y compromiso con la institución.